Entre paredes blancas y llanto perdi parte de mi vida,
en noches negras de espanto, que lenta fue mi agonia.
Fueron tantas las veces que me senti tan vacia,
mil lagrimas derramaba y dos veces sonreia.
Creia que Dios me amaba y le pedi de rodillas,
clamandole con el alma, la ilusion de un nuevo dia.
Que falsa, que falsa vida! en ella la fe perdi,
pues con dolor en mi alma en llanto me sumergi.
Veia desde un cuarto la vida afuera marchar, y comprendi tanto,
tanto que no valia la pena manchar mi cara con tanto llanto,
Hasta que la luz de tus ojos llego a mis noches vacias,
entendi que cada noche trae consigo un nuevo dia
y que aquellas mis tristezas escondian alegrias.
Fue entonces que comprendi todo lo sucedido,
pues para ser hoy feliz, no es nada lo ya sufrido.