Ella dormía,
él la observaba,
era tan bella,
solo el silencio podía expresar el sentimiento,
cualquier palabra rompería el encanto,
no era solo la belleza externa,
ni su cuerpo
ni sus manos
ni su rostro
ni su cabello,
era esa belleza que sumaba el ser con el espíritu,
pero...
estaba atado,
las ligaduras de la distancia,
impedían abrazarla,
tomarla en sus brazos
sentir el calor de su vida,
solo observarla era su destino
aún desde la distancia
ella llenaba la copa vacía
y saciar la sed de amarla....
amarla por su encanto,
por su alma,
por su ser,
ese ser que en algún momento se entregó sin miedo ni temores.
HCC/Mayo 2016
hernan1951
lima miraflores
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ya quisieran algunas manos acariciar como lo hacen tus palabras....!