Nos Dejamos.. Nos Juntamos... Nos Divorciamos, O Mejor, Ahí La Dejamos..
La relación de pareja es uno de los escenarios en el que el conflicto aparece de manera constante y permanente...Los conflictos aparecen para ser solucionados…No para ser postergados.
Los conflictos, que no los problemas, dentro de la relación de pareja surgen en primer lugar, porque en toda relación humana existen tales aprietos. En segundo término, porque la pareja la conforman dos seres individuales, con su personalidad y carácter propio, y en tercer término, porque la relación en sí, requiere de una serie de transacciones que es necesario sortear para solucionar tales apuros.
Pero en realidad nos juntamos en aras del amor, o en cuestiones que involucran el estado de enamoramiento, porque evidentemente no es lo mismo, estar enamorado de alguien, qué vivir con ese alguien del que estamos enamorados…
La gran mayoría de las parejas, si no es que todas, nos unimos, nos casamos, decidimos vivir en unión libre, o bien, juntamos nuestras vidas porque creemos, porque deseamos, que este estado enamoramiento durará toda la vida… Al poco tiempo, nos vamos dando cuenta que esto no es así, y es en ese preciso instante, en el que sentimos que nuestra pareja ya no nos ama, ya no nos quiere, y lo que es más difícil de aceptar, que ya no quiero a mi pareja, o que ya no la amo... porque ahora sí que existen problemas, conflictos y aprietos en la relación.
Es urgente dar solución a situaciones de dinero, de roles, de expectativas, de frecuencias en la vida sexual, dar una solución al tiempo libre de cada uno… A las familias extensivas… a los amigos…al trabajo… y además, un tiempo a la pareja…sobre todo a la pareja, a esa persona con la que he decidido pasar mis días…buenos, malos, regulares, hoy, mañana y tal vez, siempre…
También necesito resolver mis situaciones externas e internas, he optado por un compromiso y ahora resulta, que tengo una pareja a mi lado…y, ahora que hago con ella, qué hago conmigo...qué hago con nosotros?
Los conflictos se presentan en cada momento…hablamos, decimos, reclamamos, nos enojamos…nos culpamos, pedimos perdón, y todo, para después de un tiempo, volver a lo mismo…
Toda vez que no hemos agotado nuestros recursos… tomamos como decisión, la ruptura, el divorcio, la separación… Y entonces, nos damos cuenta que nuestras broncas no terminan, sino que tenemos que afrontar otras, como la soledad, la tristeza, la culpa, la depresión, y el desgarre mismo de la ruptura, del desprendimiento de una situación o condición, a otra. No sé sí mejor o peor, pero diferente.
Hoy en día una solución fácil y rápida es la disolución del vínculo…Sin darnos cuenta que esta disolución acarrea otro tipo de ansiedades y temores…Al querernos liberar de algunas circunstancias, surgen otros con toda su fuerza.
Es evidente que una parte del problema se encuentra en la situación de la pareja… Pero otra parte, y quizá, la más importante es “nuestra” contribución a estos conflictos…lo de menos, es separarnos, divorciarnos o dejarnos…
El punto más importante que debemos señalar en esta situación es darnos cuenta, cómo nosotros, en lo individual contribuimos para la ruptura y la separación, tengan lugar. No que hizo mi pareja para que esto fuera posible… Sí no, cuáles fueron “mis” actitudes, sentimientos, expectativas, creencias, sentimientos y pensamientos que contribuyeron para que esto sucediera, aunque mi alma y mi corazón se encuentren hechos trizas y pedazos…
Qué hice yo ?
Cómo le hice para que esto sucediera?
Cuántas cosas hice, o dejé de hacer para que mi pareja se alejara de mi?
Qué clase de conductas tuve, que orillaron a mi pareja a separarse de mi ?
El crecimiento personal en las parejas depende en gran parte de cuánto cada uno de los miembros de la misma está dispuesta a asumir su parte, es decir, la que le corresponde en la relación. Por supuesto, qué creer pensar o atribuir al otro, es una posición muy cómoda y hasta entretenida. Pero como yo no soy responsable de nadie más que de mí mismo, es necesario emprender un proceso de autoconocimiento y desarrollo de mi personal…
Para no volver a cometer las mismas situaciones, en una próxima relación, o con la misma, si mi deseo es permanecer con ella o con él, y sí no, que importa lo que diga mi abuelita, mi tía o mi prima, la vida es una experiencia individual, sí tengo pareja qué bueno, y sí no, también lo disfruto…
Sólo una vez que yo acepto lo que a mí me corresponde, puedo entender el rompimiento y la ruptura, de lo contrario, de lo contario, pasaré echando culpas y enojos al otro, tal vez, con ello, yo salga bien librado, pero al fin de cuentas es un autoengaño.
Las rupturas dejan una huella importante en la vida de cada uno de los integrantes de la pareja… De ti depende utilizar el conflicto para crecer, o para quedarte viendo en cómo le hace tu pareja para echarte la vida a perder…
Frase atribuida a Fritz Perls:
Yo no vine a esta vida para cumplir tus expectativas.
Tú no llegaste a mí , para cumplir las mías .
Tú eres tú
Yo soy yo.
Y sí nos encontramos, será hermoso
Y si no,
Nada puede remediarse.
Como para reflexionar...
Lucrecia
