Año que termina yo te despido,
con música y alegría en el corazón.
Gracias por todo lo que me has ofrecido,
¡Inolvidable!. Para mí fue el mejor.
Tengo mucho gozo y gran satisfacción,
se cumplieron proyectos e ilusiones.
Con tiempo, esfuerzo y dedicación,
pude cumplir mis metas y aspiraciones.
Grandes enseñanzas dejó en mi alma,
que me sirvieron para progresar,
que fueron parte del crecimiento,
para los fantasmas poder enfrentar.
Aprendí a mirar siempre al frente,
que adentro mío encuentro la verdad
salir adelante aunque haya tropiezos,
allí esta el camino a la felicidad.
También aprendí a escuchar mi corazón,
y a perfumar con lavanda el amor,
a derribar las paredes del alma,
para que allí entren rayos del sol.
Dolores y penas se llevó el viento,
las estrellas escucharon deseos,
las nubes tejieron algunos sueños,
y la luna me entrego mis anhelos.
Aprendí a mirar los colores del cielo,
el universo y su manto de colores,
a escuchar los sonidos del silencio,
y percibir el perfume de las flores.
Aprendí a tomar las cosas con calma,
a no dejarme por nadie presionar,
a expresar siempre mi necesidad,
y que al “No” también lo puedo usar.
Cada minuto que tengo de existencia,
es una oportunidad para disfrutar.
Y si de algo me encuentro convencida
es que este año ¡Fue el mejor de mi vida!