Reflexión sobre la falsa amistad.
En estos tiempos que nos toca transitar esquivando las miserias y conspiraciones interesadas de algunas personas a las que has llegado a denominar "amigos", en estos tiempos en que la deslealtad y la traición están a la orden del día...me apetece hacer una reflexión personal sobre el tema, con el objetivo de que si hay alguien que se de por aludido...invitarle a reflexionar sobre sus miserias y errores irreparables que ha cometido sobre personas que un día les brindaron su amistad, y que ahora, en el mejor de los casos solo reciben compasión...y rechazo. No hay peor castigo para una persona desleal y traidora que convertirla en "invisible" y que se consuma en su propio vacío, habiéndose ganado el descrédito de propios y extraños...hasta de sus compañeros de conspiración y atropellos...asustados de que algún día les pueda tocar a ellos.
A todos aquellos que:
1) utilizan como escudo la mentira.
2) no se avergüenzan cuando les sorprenden haciéndolo.
3) dirigen las culpas hacia el 2º en el escalafón del grupo de conspiradores, y así sucesivamente.
4) evitan la confrontación cara a cara (rasgo característico de los cobardes) no vaya a ser que me partan la boca...(reflexión que denota la creencia de que todo el mundo esta a su mismo nivel de educación y conocimiento).
5) si ello desgraciadamente ocurre, se esconden y no lo cuentan...no vaya a ser que todo el mundo descubra su punto débil.
6) blindan su vida privada y sin embargo Hurgan en la de los demás en busca de una nueva víctima.
7) cuando la encuentran, utilizan la mentira y el descrédito contra aquel que le descubrió (temiendo que se entere de la verdad antes de verterle el saco de mentiras).
8) escanean a las víctimas potenciales, y toman buena nota de lo que pueden obtener de ellas.
9) si lo que pueden ofrecerles ya lo tienen ó no les resulta interesante, les borra fulminantemente de su vida.
10) llega un día, que en ausencia de víctimas, a pesar de haberlas buscado sin descanso...se quedan solos para siempre. Este es mi decálogo de la falsa amistad.
Aviso: ¡ que triste tiene que ser la soledad!.
Dan, lastima, verdad?
Siempre hay uno o más en nuestras vidas, pero a la final se hacen más daños ellos, dignos de compasión y de pena.
Lucrecia